domingo, 18 de octubre de 2015

Ciencia de nutrición




Por más de 50,000 años, los humanos han desarrollado un gran instinto de supervivencia a través del almacenamiento de grasas como consecuencia del “genotipo ahorrador”(1). Durante los últimos 200 años, los cambios en la dieta y el estilo de vida de los humanos han superado la habilidad de este genotipo para adaptarse a los cambios ambientales, resultando en miles de millones de personas con problemas de obesidad en el mundo actual (2-8).
Aunque los estudios muestran que el hombre primitivo, cazador-recolector, comía más de 800 tipos de plantas diferentes (9), hoy en día, en muchos países, el promedio de consumo se limita a tres porciones de frutas y verduras al día, lo que significa deficiencia en antioxidantes naturales, fotoquímicos, vitaminas y minerales esenciales para la buena salud. Comúnmente, los alimentos altamente procesados con almidones, azúcares, grasas y aceites refinados no contienen los nutrientes esenciales que se encuentran en alimentos nutritivos como las frutas y las verduras, pero si tienen más calorías en cada bocado (10).
Al mismo tiempo, los aparatos que ahorran esfuerzo y los avances en los medios de transporte durante los últimos 30 años han contribuido a un estilo de vida altamente sedentario (11). Una epidemia global de obesidad y enfermedades crónicas, cifras subestimadas con única base en el índice de masa corporal (IMC), está arrasando con el planeta a medida que la industrialización y los estándares de vida mejorados se han expandido a las áreas rurales.
Ciertos grupos étnicos, incluyendo asiáticos, indios asiáticos, latinos y los indígenas americanos, son genéticamente susceptibles al síndrome metabólico debido a la acumulación de la grasa visceral que resulta en inflamación sin ser reflejada en sus índices de masa corporal (12). Se estima que durante los próximos 10 años, la mayoría de las enfermedades cardíacas serán asociadas a la diabetes tipo 2, con multiplicación significativa en China, India, Asia Suroriental, México y Latinoamérica (13).
Existe una necesidad urgente de desarrollar posibles soluciones con énfasis en las redes de apoyo social y métodos innovadores para la integración de una dieta balanceada y un estilo de vida saludable, a través de medios gratificantes a nivel personal, ya sea con incentivos financieros o sociales (14).
El Instituto de Nutrición de Herbalife ha reunido algunas de las mentes más prestigiosas dentro de la ciencia de la nutrición del mundo de hoy para este proyecto educativo que le ofrece, no sólo la más reciente información a su disposición, sino también la integración de esta información a materiales que usted puede usar para personalizar su nutrición y estilo de vida. Nunca había sido tan importante entender la ciencia de la nutrición, ya que hoy en día la población mundial está atravesando una transición global en términos de nutrición.

Ciencia Actual



1- Las frutas y las verduras son fuentes alimenticias que contienen pigmentos coloridos.

Las frutas y las verduras son fuentes alimenticias que contienen pigmentos coloridos. Estos se consideran ser “ingredientes de alimentos funcionales debido a sus beneficios nutricionales y fitoquímicos. Los carotenoides son algunos de los fitoquímicos coloridos más vitales, los cuales se encuentran como isómeros completamente cis y trans, y son responsables de los colores brillantes de una variedad de frutas y verduras. El estudio extenso de los carotenoides con respecto a esto, incluye β-caroteno, licopeno, luteína y zeaxantina. La coloración de las frutas y verduras depende de su madurez de crecimiento, concentración de isómeros carotenoides y métodos de proceso alimenticio. Este artículo se enfoca más en varios carotenoides y los isómeros presentes en distintas frutas y verduras, junto con sus concentraciones. Los carotenoides y sus isómeros geométricos también juegan un papel importante para la protección celular de la oxidación y los daños celulares.



Muchos de los fitoquímicos que se encuentran en frutas y verduras proporcionan el color de éstas. Un sistema de codificación en color es una manera fácil para comunicarle a los consumidores la importancia del aumento en diversidad de frutas y verduras en la dieta. Los alimentos de color rojo contienen licopeno, el pigmento en los tomates, lo que se localiza en la glándula de la próstata y podría estar involucrado en mantener la salud de la próstata. Las verduras amarillo-verde, como el maíz y las verduras de hoja verde, contienen luteína y zeaxantina, lo que se localiza en la retina, donde ocurre el deterioro macular vinculado con la edad. Los alimentos de color rojo-púrpura contienen antocianinas, los cuales son antioxidantes potentes que se encuentran en las manzanas rojas, uvas, bayas y vino. Los alimentos anaranjados, que incluyen las zanahorias, mangos, albaricoques, calabaza y el zapallo, contienen beta-caroteno. Los alimentos anaranjados-amarillos, que incluyen las naranjas, mandarinas y limones, contienen flavonoides cítricos. Los alimentos verdes, que incluyen brócoli, repollitos de Bruselas y col rizada, contienen glucosinolatos. Los alimentos blanco-verde en la familia de la cebolla contienen sulfuro de alilo. Se aconseja que los consumidores ingieran una porción diaria de cada uno de los grupos mencionados arriba. La codificación en color proporciona una simplificación pero también es importante como una manera para ayudar a los consumidores a encontrar frutas y verduras comunes con facilidad mientras viajan, comen en restaurantes o en el trabajo. En casa, se necesitan maneras sencillas para preparar los alimentos fácil y rápidamente y así influenciar los patrones dietéticos.


Se conoce muy bien la evidencia de los beneficios para la salud vinculados con el consumo de una variedad de frutas y verduras (FV). La campaña "Hábito de 5 colores al día" es un esfuerzo nacional para traducir lo que es la ciencia con un mensaje para el público sobre el aumento del consumo de FV coloridas. El alcance de la traducción y la adherencia a estas recomendaciones entre las familias en un plano comunitario es una cuestión importante de salud pública. Los padres inscritos en programas educativos para los padres de 8 condados rurales de Missouri respondieron encuestas para sus hijos de edad preescolar (n = 1658) referente al consumo de FV y las dificultades para comprarlos de acuerdo al color. Según los padres, el 40% (n = 668) y el 26% (n = 425) de niños comieron de todos los 5 colores en algún momento en la semana previa. Sin embargo, ninguno de los padres y sólo 1 niño obtuvo una adherencia perfecta a las directrices (todos los 5 colores en la mayoría de los días de la semana). Los indicadores significativos fueron por no gustar del sabor y por no tener el hábito de comprar FV coloridas y no cumplir con las recomendaciones de FV rojas, amarillo/anaranjado y verde. Las intervenciones enfocadas en niños jóvenes y sus familias (por ejemplo, establecimientos de cuidado infantil, escuelas primarias) que establezcan las preferencia para FV de colores específicos podrían ser útiles pero aún quedan algunos retos


Cuatrocientos noventa hombres urbanos, principalmente inmigrantes y de raza negra, del área metropolitana de la Ciudad de Nueva York participando en el Ensayo (2005-2007) de Prevención y Concienciación sobre el Cáncer (CAP, por sus siglas en inglés) fueron asignados de manera aleatoria a uno de dos grupos de intervención: 1) Educación sobre frutas y verduras (FVE) o un grupo de comparación que recibió Educación sobre la próstata (PE). Ambas intervenciones implicaron un panfleto por correo y dos llamadas telefónicas educativas y personalizadas (TTE). Los resultados, que fueron medidos durante la línea de base y a los ocho meses, incluyeron el conocimiento de recomendaciones de Frutas y Verduras (FV), los beneficios percibidos, la etapa de disposición para adoptar las recomendaciones y el autoinforme de consumo de FV. Durante el seguimiento, el grupo FVE consumió un promedio de 1.2 más porciones de FV al día que el grupo PE (P<0.001; ajustado para la línea de base). El grupo FVE también demostró un aumento en el conocimiento sobre las cantidades recomendadas de FV (P<0.01) y los tamaños adecuados de porción (P<0.05), y en el porcentaje de los participantes pasando de una etapa menor a una mayor en la disposición para adoptar las recomendaciones de FV (P<0.05). El grupo FVE no demostró aumentos en el conocimiento vinculado con la importancia de comer una variedad colorida o en la habilidad de nombrar los beneficios potenciales para la salud. Este estudio demuestra que la educación por teléfono puede aumentar la concienciación del consumo recomendado de frutas y verduras y puede conllevar a un aumento en el consumo de estos alimentos.

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lunes, 27 de abril de 2015

La ciencia de la condición física


Los principios implicados en la nutrición para el rendimiento físico, también conocida como la nutrición de deportistas, son construidos sobre los principios de nutrición general y la ciencia de la condición física con énfasis especial en la optimización del rendimiento físico. Una excelente nutrición forma parte esencial del programa de formación de cada atleta, y la información contenida en el Libro de Nutrición es esencial para el entendimiento de cómo aplicar adecuadamente la nutrición en el deporte
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Las áreas principales de inquietud son:
1) Consumir suficientes calorías para apoyar el buen rendimiento.
2) Consumir una cantidad balanceada de macronutrientes antes, durante y después de ejercicio.
3) Una hidratación apropiada.
Existen otras inquietudes por parte de ciertos grupos demográficos como atletas vegetarianos o veganos, o mujeres atletas – en particular aquellas que compiten en deportes que se concentran en físico culturismo o construcción corporal, como el patinaje artístico y la gimnasia.
La nutrición antes, durante y después del ejercicio tiene efectos significativos en el rendimiento físico. Una alimentación antes de la actividad impide al atleta tener hambre antes y durante el ejercicio, y esto mantiene excelentes niveles de glucosa en la sangre para el funcionamiento de los músculos. El consumo de carbohidratos antes del ejercicio puede ayudar a restaurar los bajos almacenamientos de glicógeno en el hígado, que podrían resultar, por ejemplo, después de un ayuno nocturno. Teniendo en cuenta sus preferencias y hábitos personales, la comida antes de la actividad debe ser alta en carbohidratos, baja en grasas y fibras y de fácil digestión.

La hidratación y la nutrición durante el ejercicio han revolucionado el rendimiento físico. Durante el ejercicio, los atletas deberían consumir de 30 a 60 gramos de carbohidratos cada hora (de 120 a 240 calorías en carbohidratos por hora). Ya que tanto los carbohidratos como los líquidos son necesarios durante la actividad física, las bebidas deportivas pueden ser una buena fuente para suministrarlos. Los alimentos que se usan normalmente durante la actividad física son las bebidas deportivas, carbohidratos en gel, barras de energía y plátanos (bananas). Durante la actividad vigorosa, el calor producido es disipado por el sudor. Sin embargo, el sudor intenso a largo plazo puede desafiar significativamente al atleta en cuanto al equilibrio entre electrólitos y fluidos.

Sin un control eficiente, los atletas se cansarán prematuramente y al aumentar la deshidratación se puede producir agotamiento por calor, calambres e hipertermia. Finalmente, la recuperación de la actividad intensa requiere nutrientes que volverán a suministrar glicógeno, agua, electrólitos y triglicéridos en los músculos. La nutrición apropiada durante el período de recuperación es esencial para la recuperación rápida y eficaz y para un buen rendimiento en futuras actividades o pruebas.
A largo plazo, los atletas deben prestar atención a su nutrición y acondicionamiento físico en general, además, durante la actividad física, la hidratación adecuada y obtención de electrólitos son fundamentales para mantener un buen rendimiento.

Nutrición y la piel


La piel es el órgano más grande del cuerpo y nos protege de la pérdida de agua y proteínas proporcionando una barrera contra la radiación ultravioleta y las infecciones. La piel requiere nutrientes sanos, incluso la cantidad adecuada de agua y proteínas, para mantener su función. Algunos nutrientes están concentrados en la piel. La gente que come muchas zanahorias notará que su piel toma un tono de naranja debido a la concentración de beta caroteno en la piel. Este beta caroteno puede proteger la piel de la radiación ultravioleta.
La nutrición no sólo afecta el funcionamiento cotidiano de la piel, sino que también puede influir en el riesgo de desarrollar varios tipos de lesiones cutáneas, incluso manchas por la edad y acné. Los estudios han mostrado que se puede reducir la frecuencia de manchas precancerosas (conocidas como keratoses solares) en los individuos expuestos en exceso a la luz solar al reducir el consumo de grasas en la dieta.

El acné es una condición común vinculada con la obesidad, sobre todo en mujeres con altos niveles hormonales masculinos, resultando en piel aceitosa y folículos pilosos obstruidos. El acné es más común en individuos con obesidad y diabetes que en la población en general, pero ocurre normalmente durante la pubertad cuando los niveles hormonales masculinos aumentan en jóvenes de ambos sexos.

La capa córnea, o la capa externa de la piel, está compuesta por 14 capas de células muertas desplazadas por células vivas, encontradas en las capas más profundas de la piel. Estas células muertas pueden guardar bacterias, someterse a la oxidación y afectar la salud de piel. Las capas de la piel compuestas por células vivas también se alimentan del flujo sanguíneo para poder recibir todos los nutrientes. Se ha demostrado que algunas vitaminas aplicadas a la piel son más eficientes en aumentar los niveles nutritivos en la piel, que si se toma oralmente, pero de igual manera contribuyen a los niveles de vitamina encontrados en las células de la piel. Se considera que la Vitamina A, el beta caroteno, los antioxidantes coloridos, té verde y aceite de pescado en la dieta tienen efectos positivos en la salud de piel. Una dieta que proporciona la cantidad adecuada de proteínas, grasas y aceites sanos y antioxidantes de frutas y verduras coloridas puede ayudar a mantener la piel sana.

Nutrición y el cerebro


El cerebro humano está compuesto de mil millones de células llamadas neuronas, que se comunican entre ellas enviando mensajeros químicos llamados neurotransmisores. Cuando estos químicos envían sus señales, el mensaje es amplificado eléctricamente y enviado a todas las partes del cuerpo. Los mensajeros químicos que envían señales entre neuronas incluyen la noradrenalina, la serotonina y la dopamina, que son hechos del componente básico de la proteína conocido como aminoácidos. La nutrición influye en el rendimiento mental, la energía y el humor, así como en el envejecimiento a largo plazo del tejido cerebral.

La nutrición afecta la energía mental y la función del cerebro a lo largo del día. La cafeína consumida en bebidas y suplementos mejora el rendimiento del cerebro demostrado a través de cambios positivos en la atención, el rendimiento y el humor. Los niveles bajos de azúcar en la sangre, producidos por saltarse las comidas o consumir comidas desbalanceadas causan la reducción del rendimiento mental en cuestión de horas. Por otra parte, las comidas que mantienen los niveles de azúcar de la sangre equilibrando las proteínas y los carbohidratos, mantienen un buen rendimiento mental. Esto puede explicar el porqué la energía aumenta después de una comida de alto valor proteico y/o comida alta en carbohidratos.

El cerebro: un barómetro de nutrición
Mientras ciertas vitaminas y minerales, como la Vitamina B12, son necesarios para la función cerebral normal, en el cerebro se ve reflejada la nutrición en general del individuo. Por ejemplo, tener grasa en exceso en la parte superior del cuerpo puede causar el daño de neuronas y causar inflamación. El cerebro consiste en 70 por ciento de grasa y el tipo de grasas consumidas en la dieta puede afectar la función cerebral. Los experimentos en animales han demostrado que los antioxidantes a base de alimentos de origen vegetal mejoran la memoria. El aumento de flujo de sangre al cerebro, como ocurre con la actividad física regular, también puede tener efectos beneficiosos en la función cerebral. Los estudios de la nutrición y las funciones cerebrales de las personas recién están comenzando, pero los papeles principales del mantenimiento de peso, la actividad física, el aceite de pescado y los fitonutrientes antioxidantes han sido estudiados en profundidad.


Antioxidantes


La humanidad evolucionó cuando la Tierra estaba llena de la vida vegetal, y las plantas influyeron en dicha evolución. Las plantas se relacionan con la atmósfera de una manera diferente que la gente. Mientras la gente consume el oxígeno y produce el dióxido de carbono, las plantas toman el dióxido de carbono del aire y producen el oxígeno. Este oxígeno producido por plantas es un componente químico reactivo que dañaría y mataría la planta, por esto las plantas desarrollaron la capacidad de crear antioxidantes como la Vitamina C, la Vitamina E y productos químicos para proteger sus células de los efectos perjudiciales del oxígeno. Este sistema a veces se estropea y se ve cuando las plantas de interior reciben muy poca luz o agua y sus hojas toman un color marrón.

El oxígeno que respiramos también puede dañar tejidos humanos, como el caso de los efectos perjudiciales de oxígeno al 100 por ciento en unidades de cuidado intensivo, donde el tejido pulmonar puede ser destruido de no usarse la protección adecuada. Como las plantas, los humanos desarrollamos sistemas de defensa que están basados en sustancias circulantes y proteínas. Estos sistemas son reforzados con el consumo de antioxidantes en la dieta de frutas y verduras coloridas.  Hay datos contundentes que muestran cómo las poblaciones que consumen una dieta rica en frutas y verduras coloridas presentan menos riesgos de sufrir enfermedades crónicas comunes.

Se necesita muy poco para evitar la deficiencia de vitaminas y minerales, pero los niveles óptimos del consumo de antioxidantes deben ser mayores que la cantidad necesaria para evitar la deficiencia.

Vitamina C
Por ejemplo, los humanos, a diferencia de muchas especies animales, han perdido el gen para fabricar la Vitamina C, ya que era parte de la dieta de nuestros ancestros, la cual era rica en Vitamina C proveniente de frutas y verduras. Una sola naranja contiene dos veces la cantidad recomendada de Vitamina C necesaria para prevenir la deficiencia de esta vitamina. En la década de 1750, los marineros de la marina británica desarrollaron una enfermedad por carencia de Vitamina C, llamada escorbuto, caracterizada por el sangrando de las encías, pérdida de pelo y por último, la muerte. En ese entonces los marineros no acostumbraban comer alimentos de origen vegetal cuando estaban a bordo de sus barcos. Sin embargo, desde que descubrieron que simplemente comiendo limas u otro cítrico se solucionaba el problema, las limas hicieron parte de las dietas de los marineros, por lo que los marineros británicos adquirieron el apodo en inglés de limeys.
Hoy, el consumo inadecuado de antioxidantes no es tan obvio como el escorbuto, pero se piensa que el consumo inadecuado de alimentos de origen vegetal, incluyendo frutas y verduras coloridas, tiene mucho que ver con muchas enfermedades crónicas de la tercera edad.


Vitaminas y minerales


Antes de la Segunda Guerra Mundial, las enfermedades causadas por deficiencia de vitaminas y minerales, eran relativamente comunes, incluso en naciones industrializadas como los Estados Unidos. Hoy, con el fortalecimiento del suministro de alimentos y el uso extendido de las multivitaminas, las enfermedades clásicas causadas por deficiencia de vitaminas, como el escorbuto y el raquitismo, no son muy comunes, a excepción de:
  • Enfermedades específicas.
  • Efectos de drogas en las vitaminas.
  • Desnutrición extrema debido a la pobreza.
A nivel mundial, la carencia de vitaminas todavía se presenta en muchos países grandes, como India y China, tanto en poblaciones rurales como urbanas. Otro descubrimiento importante es la deficiencia de vitaminas en áreas donde la exposición al sol es mínima, ya que se presenta bajo consumo de algunas vitaminas, como la vitamina D, y por lo tanto las autoridades en la materia recomiendan el suplemento.

Cantidades diarias establecidas
La cantidad diaria recomendada (CDR) se publica normalmente cada 10 años por la Junta de Alimentación y Nutrición de la Academia Nacional de Ciencia para guiar a individuos sanos y para ayudar en la planeación de varios programas nacionales de nutrición para la alimentación infantil y nutrición escolar. Los niveles de CDR son elevados para prevenir enfermedades por deficiencia, pero en algunos casos los niveles están por debajo de lo que algunos expertos quisieran para la prevención de estas enfermedades. De hecho, en 1980, las pautas no fueron publicadas debido a una diferencia filosófica de opinión entre los integrantes expertos del grupo en cuanto a si el CDR debería ser elevado para incentivar el consumo de alimentos ricos en Vitamina A (carotenoide) y Vitamina C, como frutas y verduras. Finalmente la controversia llegó a su fin con la publicación de 1989 en la que volvieron al objetivo original de evitar los problemas de deficiencia alimenticia gracias a recomendaciones públicas.

Vitaminas solubles en grasa
Las Vitaminas A, D, E y K que son solubles en grasa tienen funciones diversas. Las Vitaminas A y D están vinculadas con las hormonas esteroides y actúan para inducir la síntesis de proteínas específicas y mantener la función celular normal. En algunos escasos casos la deficiencia de Vitamina A puede causar ceguera nocturna y susceptibilidad a infección de paperas. Las deficiencias de Vitamina D causan una enfermedad ósea llamada raquitismo, y el bajo consumo de Vitamina D está vinculado con varias formas de cáncer. La Vitamina E se constituye de una familia de ocho compuestos encontrados en las paredes de las células de las plantas donde actúan como antioxidantes. En los humanos no ocurre la deficiencia en Vitamina E, pero esta familia tiene funciones interesantes en el cuerpo más allá de la antioxidación. La Vitamina K es una vitamina soluble en grasas. La "K" viene de la palabra alemana koagulation, que se refiere a la coagulación de la sangre, ya que la Vitamina K es esencial para el funcionamiento de varias proteínas implicadas en la coagulación de la sangre.

Vitaminas solubles en agua
A diferencia de las vitaminas solubles en grasa, la cuales con una sola administración pueden ser almacenadas durante largos períodos de tiempo, las vitaminas solubles en agua deben ser suministradas con regularidad a través de la comida y suplementos para evitar su deficiencia. Las sociedades industrializadas tienen pocos casos de deficiencia en vitaminas soluble en agua, excepto en casos como individuos sin hogar o alcohólicos. El aumento reciente de cirugías de obesidad, que conducen a la mala absorción de Vitamina B12 debido a la derivación gástrica, ha conducido a un nuevo grupo de individuos en peligro de deficiencias de vitaminas. Los veganos, individuos con intolerancia a algunos alimentos, y los que prefieren los alimentos crudos también pueden desarrollar deficiencias de vitaminas si sus opciones de alimentos son reducidas considerablemente.

Grasas y aceites



En esta sección, aprenderá no sólo la manera en que las grasas hacen parte de su dieta, sino también cómo las diferentes fuentes de ácidos grasos tienen efectos varios en los procesos sicológicos.
Las grasas y los aceites constituyen la fuente de mayor concentración calórica en la alimentación. La mayoría de las grasas que usted consume y almacena se conocen como triglicéridos. Los triglicéridos adquieren este nombre ya que provienen de tres ácidos grasos de la cadena vertical de carbonos.
Fuentes de grasas
Las principales fuentes de grasas en la dieta son las carnes, los productos lácteos, las aves, los pescados, las nueces, los aceites vegetales y las grasas usadas en alimentos procesados. Las verduras, las frutas y los granos solamente contienen una pequeña cantidad de grasa. Los aceites vegetales son grasa pura como resultado de los procesos de alimentos de origen vegetal. Los aceites y grasas usados con más frecuencia en los Estados Unidos como aceites para ensalada, para cocinar, manteca y margarina, incluyen los aceites de:
  • Soya
  • Maíz
  • Semillas de algodón
  • Maní
  • Oliva
  • Canola (aceite de colza bajo en ácido erúcico)
  • Girasol
  • Coco
  • Nuez de palma
  • Sebo
  • Grasa de cerdo
Estas grasas y aceites contienen composiciones diferentes de ácidos grasos que tienen propiedades fisiológicas particulares.

Ácidos grasos esenciales
Las grasas proveen dos ácidos grasos esenciales, ácidos linoleico y linolénico. Estos dos ácidos grasos son creados en las plantas pero no en los humanos, por esto deben formar parte de nuestra dieta, aunque los vegetarianos estrictos reciben estos ácidos a través de los alimentos de origen vegetal, y constituyen cerca de un 10 por ciento de sus calorías grasas. Estos ácidos grasos, necesarios para conservar la vida, deben estar presentes en un porcentaje mínimo (del 5 al 10 por ciento) del total del consumo energético. Las grasas contienen vitaminas solubles en grasas y concentran los sabores de las comidas para hacerlos más agradables. Donde hay escasez de alimentos, las grasas son muy oportunas ya que son calorías compactas. El cuerpo almacena 95 por ciento del exceso calórico en forma de grasa, y en un individuo de peso normal, de 130,000 a 160,000 calorías almacenadas en el cuerpo llegan en forma de grasas.

Omega-3 para una nutrición balanceada
Un análisis a los muchos estudios sobre los aceites de pescado revela la posibilidad de que sean benéficos y reduzcan los riesgos de enfermedades inflamatorias, incluyendo enfermedades del corazón, asma, enfermedades del tejido conjuntivo, diabetes y artritis. Sin embargo, estos estudios se referían únicamente al consumo de aceites de pescado, sin considerar el existente exceso de grasa corporal o la subyacente dieta rica en ácidos n-6 (omega-6). Por lo tanto, la propuesta de drenar la grasa corporal de n-6 a través de una dieta baja en grasas y luego añadir pequeñas cantidades de n-3 (omega-3) es un proceso fundamental para una nutrición balanceada. Los aceites omega-9, como el aceite de oliva y el aceite de girasol con alto contenido de ácido oleico, pueden adicionarse a la dieta sin afectar los beneficios de los ácidos grasos omega-3. Sin embargo, todas las grasas tienen nueve calorías por gramo o más de 135 calorías por cucharada, así que deben ser usados con moderación en cuanto sea necesario para realzar el sabor y textura de los alimentos.

El impacto de la industrialización de los alimentos
La industrialización del suministro de alimentos, que comenzó hace más de 400 años, aceleró durante los últimos 50 años debido a la fuerte subsidiarización de las agro-empresas en los Estados Unidos y en otros países. El deseo de la población por comer más productos cárnicos al aumentar sus riquezas también jugó un papel fundamental a la hora de cambiar la manera de suministrar alimentos y patrones de dieta. Una variedad de granos especiales, como el maíz híbrido, se desarrollaron para alimentar eficientemente al ganado. Otro resultado de la sobreproducción de granos ha sido la popularización de los aceites vegetales refinados para cocinar y en las comidas procesadas. Incluso en las zonas rurales de China, donde el auge económico no se ha desarrollado completamente, la población ha aumentado el consumo de aceites vegetales refinados ricos en ácidos grasos omega-6 y bajos en ácidos grasos omega-3.
La proporción de omega-6 a omega-3 en aceites de maíz es de 57 a 1, y en los aceites de soya es de 57 a 8 (o casi de 7 a 1). Mientras el público se concientizaba del problema, algunas compañías producían contenidos de ácidos grasos de cadena corta omega-3, como aceites de canola, que contiene una proporción de 21 a 11 (menos de 2 a 1) pero con una gran cantidad de ácidos grasos omega-6. En contraste, los aceites de pescado son una fuente concentrada de ácidos grasos omega-3 con muy poca cantidad de ácidos grasos omega-6.
Las grasas ricas en omega-9 como el aceite de oliva y el aceite de girasol alto oleico, no afectan el equilibrio entre omega-3 y omega-6. Con el aumento de este tipo de grasas en la dieta, es posible que se reduzcan los carbohidratos refinados y se añada sabor. Sin embargo, estas grasas deben ser consumidas con moderación ya que una sola cucharada de grasa tiene más de 135 calorías. Una buena manera de mantener el sabor de las comidas y cortar las calorías innecesarias es limitar el uso de estas grasas al cocinar en sartenes sin adherentes y reducir su uso en productos de repostería.
La evolución y el omega-3

Esta situación se ha agravado con la alimentación del ganado a base de maíz, ya que la proporción de los ácidos grasos de cadena corta de dos familias competitivas llamadas omega-3 y omega-6 ha cambiado drásticamente desde cuando eran encontrados en los alimentos de origen vegetal hasta la evolución que la humanidad ha sufrido durante los últimos 50,000 a 100,000 años. La res de hoy, alimentada por pasto, tiene ácidos grasos muy diferentes a los de la res alimentada por maíz y las grasas contenidas en los aceites vegetales y de cocina aportan más ácidos omega-6 a la dieta. Se ha estimado que la dieta moderna occidental es deficiente en ácidos grasos omega-3 con una proporción de omega-6 a omega-3 de 15/1 a 16.7/1, en vez de 1 a 1 como es el caso de los animales salvajes y, probablemente, de nuestros ancestros que vivieron una alimentación balanceada basada en alimentos de origen vegetal.

Carbohidratos saludables



Los carbohidratos son un elemento importante en la dieta, y muchos alimentos que son ricos en carbohidratos son ricos en fibra y fitonutrientes. Los carbohidratos buenos son las frutas, las verduras y algunos granos integrales. Se debe satisfacer la necesidad de carbohidratos con el consumo de cinco a nueve porciones al día de diversas clases de frutas y verduras, las cuales son ricas en sustancias beneficiosas para el organismo. Si necesita más carbohidratos, debe consumirlos en forma de granos integrales y legumbres (Ej., frijoles) y así satisfacer esas necesidades. El concepto de dieta baja en carbohidratos restringe los gramos de carbohidratos a un nivel tan bajo que las personas que siguen estas dietas no pueden obtener muchos de los beneficios de salud que ofrecen las frutas y las verduras.
Los carbohidratos se conforman de átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno, sin ningún nitrógeno, y son descompuestos en azúcares, como la glucosa y la fructosa, o excretados del cuerpo sin haber sido digeridos. Aquellos carbohidratos excretados sin haber sido digeridos o aquellos que son digeridos parcial o completamente por bacterias del colón son conocidos como fibras alimenticias.
Azúcares simples ocultos
Los azúcares simples son la glucosa, la fructosa, la lactosa y la sacarosa. Estos son llamados azúcares en las etiquetas de los alimentos, mientras los llamados carbohidratos complejos no son incluidos en las etiquetas a pesar de sus semejanzas con los azúcares simples. Los azúcares simples pueden ser absorbidos directamente a través de las membranas mucosas de la boca. Sin embargo, los carbohidratos de cadena corta, como la maltodextrina o la dextrosa, compuestos por 15 unidades de glucosa, son hidrolizados en el estómago por enzimas y ácidos en azúcares simples. A menudo estos alimentos son llamados carbohidratos complejos en las etiquetas de los alimentos, pero actúan como azúcares.
La digestión de almidones comienza en la boca gracias a la presencia de la amilasa salival. Como en el caso de las proteínas, la mayor parte de la digestión ocurre en mucosa intestinal yeyunal, que tienen tanto enzimas digestivas como sistemas de transporte específicos para los azúcares.
La lactosa y la sacarosa son la combinación de dos azúcares diferentes interconectados. La lactosa está conformada por galactosa y glucosa, mientras el azúcar de mesa, o sacarosa, está conformada por la glucosa y la fructosa.
La dextrosa de alta fructosa está hecha de maíz a través de un proceso que termina con un 55 por ciento sin fructosa y un 45 por ciento sin glucosa, aproximadamente equivalente al azúcar de mesa. Los sabores de la dextrosa, la sacarosa o el azúcar de mesa y la fructosa son diferentes. La fructosa es un azúcar más dulce y se encuentra en las frutas, como las naranjas. La dextrosa sabe como el jarabe para panqueques y es el dulcificante principal de las bebidas de cola en los Estados Unidos. En algunos países, como en México, la sacarosa es usada para endulzar las bebidas de cola y esto las diferencia claramente de sus homólogos estadounidenses. El problema con la dextrosa no es su carácter químico en sí, sino la enorme cantidad presente en la dieta debido a la subsidización del maíz por parte del gobierno, que ha logrado que éste sea usado en muchos alimentos, incluso los refrescos, añadiendo calorías a la dieta. Los estudios sugieren que la epidemia de la obesidad está relacionada con:
  • El consumo de grandes cantidades de la dextrosa de alta fructosa (HFCS, por sus siglas en inglés)
  • El consumo de alimentos con alto contenido de grasa
  • Un estilo de vida sedentario
Ya que la fibra en la dieta no es digerida, no contribuye directamente al valor nutritivo de los alimentos en términos de calorías, pero tiene muchos efectos en la fisiología humana. Nuestros ancestros consumían mucha fibra, y esta fibra causaba numerosas deposiciones de gran volumen que llenaban el colon y hacían que se impidiera una carga de volumen grande en el estómago. El hombre moderno consume muy poca cantidad de fibra, alrededor de 10 a 15 gramos por día, en comparación a 25 gramos por día en una dieta saludable a base de alimentos de origen vegetal, y a los más de 50 gramos por día en las dietas antiguas.
Entendiendo los carbohidratos
Los carbohidratos tienen mala reputación, en parte gracias a la reciente popularidad de las llamadas dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas para la pérdida de peso. La clasificación de los alimentos en carbohidratos, proteínas o grasas es muy engañosa, ya que muy pocos alimentos están formados por un solo macronutriente, y la calidad del alimento puede variar considerablemente. Una dieta alta en carbohidratos podría ser una a base de alimentos de origen vegetal, dieta de alimentos integrales con frutas y verduras ricas en fitonutrientes, con una cantidad moderada de granos integrales y proteínas sanas bajas en grasa para equilibrar las necesidades alimenticias. Pero ya que los azúcares, los productos de harina refinada (como pan blanco y pasta) y los granos refinados (como el arroz blanco) son considerados carbohidratos, una dieta que está basada principalmente en granos refinados, aunque sea baja en grasa, también podría ser muy alta en calorías ya que los alimentos de granos bajos en fibra generalmente no sacia el hambre.
Los individuos que consumen una dieta de este tipo suelen sentirse orgullosos por evitar las grasas, pero con una dieta basada en granos refinados podrían ganar peso fácilmente. La reciente popularidad de las dietas altas en proteína y bajas en carbohidratos rompió con la obsesión por los carbohidratos de hace 20 años, ya que las personas descubrieron que se aumentaba peso con el pan, el cereal, el arroz y la pasta, de no entender la diferencia entre los granos integrales y los productos refinados. La pasta, que antes había sido considerada un carbohidrato bueno por su nivel bajo en grasas, es vista ahora como un carbohidrato malo por ser, a menudo, un producto de harina refinada (hay versiones disponibles de granos integrales).

En la nutrición de deportistas, sobre todo aquellos que realizan ejercicios aeróbicos, son necesarias las cantidades grandes de carbohidratos para proporcionar la energía que queman en el curso del ejercicio. En la sección de Ciencia de la Condición Física, se habla de este tema en detalle.


Proteínas



La palabra proteína proviene de la idea de que las proteínas son el centro de la vida y su principal nutriente. Las vitaminas – vita de vida y amin de proteína – adquirieron su nombre de la idea equivocada de que los aminoácidos, las unidades estructurales de las proteínas, eran el componente esencial para mantener la vida.
Las proteínas se encuentran tanto en alimentos animales como vegetales, pero la mezcla de aminoácidos – las unidades estructurales de las proteínas que se encuentran en los diferentes recursos – pueden variar. Como resultado, hay 21 aminoácidos comunes, incluyendo 12 aminoácidos no esenciales y 9 aminoácidos esenciales. Los aminoácidos esenciales son aquellos que no pueden ser sintetizados por otro aminoácido, pero debe ser consumido en la dieta. Los aminoácidos no esenciales son formados, comúnmente, por el metabolismo o por otros aminoácidos. Todos los aminoácidos tienen una estructura básica de un alfa amino nitrógeno y un ácido carboxílico.
El mantener la cantidad de proteína necesaria en los músculos y los órganos es esencial para la vida y su principal objetivo es la adaptación a la inanición. De hecho, la pérdida de más del 50 por ciento de la proteína corporal es incompatible con la vida. La proteína es almacenada en los órganos directamente.
La importancia de las proteínas
Existe evidencia de que aumentar modestamente la proporción de proteína en la dieta, mientras se controla el consumo total de calorías, podría:
  • Mejorar la composición corporal.
  • Facilitar la pérdida de grasa.
  • Apoyar el mantenimiento del peso corporal después de la pérdida de peso.
Retención de grasas
La humanidad está adaptada a la mala nutrición y la inanición, y esta adaptación se refleja tanto en la manera de cómo el cuerpo almacena energía como en la manera que la usa cuando se reduce o elimina completamente el consumo de alimentos. En promedio un hombre que pesa 70 kilos (154 libras):
  • Conserva la mayoría de sus calorías almacenadas en forma de tejido adiposo – alrededor de 135,000 calorías* almacenadas en 13.5 kilos (30 libras) de tejido adiposo.
*Una caloría en términos dietéticos significa 1,000 calorías o una kilocaloría, pero para simplificar la llamaremos simplemente caloría. También podrá ser encontrada como “Caloría” con C mayúscula).
Este almacenaje se puede expander enormemente con el tiempo en caso de sobre nutrición en personas obesas.
Alrededor de 54,000 calorías están almacenadas en forma de proteínas tanto en los músculos como en órganos, como el corazón y el hígado. Sólo la mitad de estas calorías pueden ser convertidas en energía, ya que agotar más del 50 por ciento del total de almacenamiento de proteínas es incompatible con la vida. Además de ser una fuente de energía, las proteínas juegan un papel muy importante en muchos órganos, incluyendo el hígado, y su agotamiento está vinculado con daños en el sistema inmunológico ante posibles infecciones. De hecho, la causa más común de muerte por epidemias de desnutrición es la neumonía bacterial. La conservación de la proteína es la manera en que el ser humano puede sobrevivir ante una crisis de hambre.
Batidos en reemplazo de comidas y el control de peso
Los estudios muestran que los batidos como reemplazo alimenticio son una manera viable de mantener el peso, concepto aceptado por La Autoridad Europea en Salud Alimentaria, y aumentar las proteínas a alrededor de 30 por ciento de la Tasa Metabólica Basal, calculado por impedancia bioeléctrica, conduce a la mayor pérdida de grasa conservando la masa muscular del cuerpo.

Nutrición integrada



Ha existido un vínculo controversial y algunas veces polémico entre los alimentos y los suplementos, ya que cada uno proclama ser el suministro un enfoque en la nutrición integrada. Por una parte, los alimentos proclaman que toda la nutrición necesaria se obtiene a través de las porciones diarias que cubren todos los grupos básicos alimenticios. A medida que la ciencia de la nutrición ha avanzado, queda claro que el suministro de alimento moderno, como se consume hoy, no proporciona una dieta óptima. Las recomendaciones alimenticias son presentadas como un intento de proporcionar un enfoque en la nutrición integrada a través de los alimentos, pero todos los alimentos necesarios para lograrlo pueden ser demasiado costosos o demasiado difíciles de preparar para el consumidor promedio.
Por otra parte, a veces los suplementos alimenticios son recomendados sin tener en cuenta la dieta, suponiendo que proveen beneficios a cualquiera de ellas. Los estudios científicos tampoco apoyan este punto de vista.
Muchos desequilibrios alimenticios permanecen en silencio durante muchos años y sólo son evidentes cuando se descubre su papel en enfermedades crónicas. El consumo óptimo de nutrientes, vitaminas, minerales y fitonutrientes antioxidantes sólo puede venir de una combinación de dieta y suplementos. Mientras el consejo habitual es tratar de conseguir primero estos nutrientes de los alimentos, en la práctica esto simplemente significa que usted debería tratar de comer una dieta sana. En la mayor parte de los consumidores, la capacidad para detectar su consumo de nutrientes principales, vitaminas, minerales y fitonutrientes en los alimentos es muy deficiente. Un enfoque en la nutrición integrada le presentará los contenidos básicos de una dieta completa conformada tanto por alimentos como por suplementos.
La dieta completa
Una dieta completa de alimentos incluye las porciones adecuadas de proteínas de alta calidad, grasas y aceites sanos y carbohidratos provenientes de frutas y verduras, que contienen vitaminas, minerales y antioxidantes. El papel de los suplementos es reforzar lo que la dieta no puede proveer aportando grandes cantidades de nutrientes con beneficios para la salud no se pueden obtener a través de la comida de una manera práctica, y complementando una dieta sana y un estilo de vida activo. Un enfoque en la nutrición integrada no pretende la desintegración de los alimentos para encontrar el ingrediente activo en ellos, sino juntar todos los diversos nutrientes que se relacionan en nuestros cuerpos para proporcionar beneficios de salud.