domingo, 18 de octubre de 2015

Ciencia Actual



1- Las frutas y las verduras son fuentes alimenticias que contienen pigmentos coloridos.

Las frutas y las verduras son fuentes alimenticias que contienen pigmentos coloridos. Estos se consideran ser “ingredientes de alimentos funcionales debido a sus beneficios nutricionales y fitoquímicos. Los carotenoides son algunos de los fitoquímicos coloridos más vitales, los cuales se encuentran como isómeros completamente cis y trans, y son responsables de los colores brillantes de una variedad de frutas y verduras. El estudio extenso de los carotenoides con respecto a esto, incluye β-caroteno, licopeno, luteína y zeaxantina. La coloración de las frutas y verduras depende de su madurez de crecimiento, concentración de isómeros carotenoides y métodos de proceso alimenticio. Este artículo se enfoca más en varios carotenoides y los isómeros presentes en distintas frutas y verduras, junto con sus concentraciones. Los carotenoides y sus isómeros geométricos también juegan un papel importante para la protección celular de la oxidación y los daños celulares.



Muchos de los fitoquímicos que se encuentran en frutas y verduras proporcionan el color de éstas. Un sistema de codificación en color es una manera fácil para comunicarle a los consumidores la importancia del aumento en diversidad de frutas y verduras en la dieta. Los alimentos de color rojo contienen licopeno, el pigmento en los tomates, lo que se localiza en la glándula de la próstata y podría estar involucrado en mantener la salud de la próstata. Las verduras amarillo-verde, como el maíz y las verduras de hoja verde, contienen luteína y zeaxantina, lo que se localiza en la retina, donde ocurre el deterioro macular vinculado con la edad. Los alimentos de color rojo-púrpura contienen antocianinas, los cuales son antioxidantes potentes que se encuentran en las manzanas rojas, uvas, bayas y vino. Los alimentos anaranjados, que incluyen las zanahorias, mangos, albaricoques, calabaza y el zapallo, contienen beta-caroteno. Los alimentos anaranjados-amarillos, que incluyen las naranjas, mandarinas y limones, contienen flavonoides cítricos. Los alimentos verdes, que incluyen brócoli, repollitos de Bruselas y col rizada, contienen glucosinolatos. Los alimentos blanco-verde en la familia de la cebolla contienen sulfuro de alilo. Se aconseja que los consumidores ingieran una porción diaria de cada uno de los grupos mencionados arriba. La codificación en color proporciona una simplificación pero también es importante como una manera para ayudar a los consumidores a encontrar frutas y verduras comunes con facilidad mientras viajan, comen en restaurantes o en el trabajo. En casa, se necesitan maneras sencillas para preparar los alimentos fácil y rápidamente y así influenciar los patrones dietéticos.


Se conoce muy bien la evidencia de los beneficios para la salud vinculados con el consumo de una variedad de frutas y verduras (FV). La campaña "Hábito de 5 colores al día" es un esfuerzo nacional para traducir lo que es la ciencia con un mensaje para el público sobre el aumento del consumo de FV coloridas. El alcance de la traducción y la adherencia a estas recomendaciones entre las familias en un plano comunitario es una cuestión importante de salud pública. Los padres inscritos en programas educativos para los padres de 8 condados rurales de Missouri respondieron encuestas para sus hijos de edad preescolar (n = 1658) referente al consumo de FV y las dificultades para comprarlos de acuerdo al color. Según los padres, el 40% (n = 668) y el 26% (n = 425) de niños comieron de todos los 5 colores en algún momento en la semana previa. Sin embargo, ninguno de los padres y sólo 1 niño obtuvo una adherencia perfecta a las directrices (todos los 5 colores en la mayoría de los días de la semana). Los indicadores significativos fueron por no gustar del sabor y por no tener el hábito de comprar FV coloridas y no cumplir con las recomendaciones de FV rojas, amarillo/anaranjado y verde. Las intervenciones enfocadas en niños jóvenes y sus familias (por ejemplo, establecimientos de cuidado infantil, escuelas primarias) que establezcan las preferencia para FV de colores específicos podrían ser útiles pero aún quedan algunos retos


Cuatrocientos noventa hombres urbanos, principalmente inmigrantes y de raza negra, del área metropolitana de la Ciudad de Nueva York participando en el Ensayo (2005-2007) de Prevención y Concienciación sobre el Cáncer (CAP, por sus siglas en inglés) fueron asignados de manera aleatoria a uno de dos grupos de intervención: 1) Educación sobre frutas y verduras (FVE) o un grupo de comparación que recibió Educación sobre la próstata (PE). Ambas intervenciones implicaron un panfleto por correo y dos llamadas telefónicas educativas y personalizadas (TTE). Los resultados, que fueron medidos durante la línea de base y a los ocho meses, incluyeron el conocimiento de recomendaciones de Frutas y Verduras (FV), los beneficios percibidos, la etapa de disposición para adoptar las recomendaciones y el autoinforme de consumo de FV. Durante el seguimiento, el grupo FVE consumió un promedio de 1.2 más porciones de FV al día que el grupo PE (P<0.001; ajustado para la línea de base). El grupo FVE también demostró un aumento en el conocimiento sobre las cantidades recomendadas de FV (P<0.01) y los tamaños adecuados de porción (P<0.05), y en el porcentaje de los participantes pasando de una etapa menor a una mayor en la disposición para adoptar las recomendaciones de FV (P<0.05). El grupo FVE no demostró aumentos en el conocimiento vinculado con la importancia de comer una variedad colorida o en la habilidad de nombrar los beneficios potenciales para la salud. Este estudio demuestra que la educación por teléfono puede aumentar la concienciación del consumo recomendado de frutas y verduras y puede conllevar a un aumento en el consumo de estos alimentos.

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